Vera Rubin (1928–2016) fue una astrónoma estadounidense cuya investigación revolucionó nuestra comprensión del universo. Es conocida principalmente por su trabajo sobre la rotación de las galaxias, que proporcionó la primera evidencia convincente de la existencia de materia oscura, una forma de materia invisible que constituye la mayor parte del universo. Al estudiar las velocidades de rotación de las estrellas en galaxias espirales, Rubin descubrió que se movían más rápido de lo que la materia visible podía justificar, lo que implicaba que debía haber una gran cantidad de masa no detectada. Su hallazgo desafió los modelos establecidos y transformó la astrofísica moderna.

Además de su impacto científico, Rubin fue una pionera en la lucha por la igualdad de género en la ciencia. En una época en la que las mujeres eran marginadas en el ámbito académico, se abrió paso con determinación, convirtiéndose en la primera mujer en utilizar el telescopio del Observatorio Palomar. Fue una firme defensora del papel de las mujeres en la astronomía y una mentora para muchas científicas jóvenes. Aunque nunca recibió el Premio Nobel, su legado científico y humano es incuestionable, y hoy es considerada una de las figuras más influyentes en la historia de la astronomía.